ElSEÑOR es la fortaleza de mi vida, así que no le temo a nadie. Aunque los perversos me ataquen. y traten de destruirme, aunque mis enemigos me ataquen, serán ellos los que tropiecen y caigan. No tendré miedo aunque todo un ejército me rodee. Confiaré en Dios aunque me declaren la guerra. Sólo una cosa le pido al SEÑOR; esto es lo que
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